Los espejos crean la sensación de estar en el “infinito del mundo”, si los colocamos en una instalación de luces, el deseo de salir a nuevos mundos comienza a partir de la repetición de la imagen y brillo de cada pequeño foco reflejado infinitamente en el cristal. Pararse en medio de la instalación montada por la artista japonesa Yayoi Kusama, es experimentar su idea de mundos paralelos como algo infinito y en constante expansión.
Yayoy Kusama llena sus galaxias con círculos, figura que ha definido su obra durante toda su carrera artística, asociando la idea del fin de un ciclo y la renovación en el interior de cada ser humano. Los círculos los asocia con algo que vivió, o un proceso en el que se encuentre. En esta obra, el espejo recibe el significado de lo femenino; según los griegos, este elemento asocial a la pupila de la mujer como la parte más hermosa del ojo; la pupila se denomina: kore, palabra que significa “muchacha”. La creación de la visión femenina la adopta como un ser en constante renovación.
Las experiencias y vida de la artista se ve reflejada en sus intervenciones e instalaciones, en sus poemas, novelas y producciones artísticas donde los círculos representan más que simples lunares sobre objetos. Yayoi Kusama es parte de un todo que está en constante cambio y el arte se ha convertido en la válvula de escape a su esquizofrenia: “Si no hubiese hecho arte, me hubiera suicidado hace mucho tiempo” es su declaración existencial.
Fuente de consulta: http://www.culturacolectiva.com/Yayoi-Kusama-y-los-lunares-del-espacio-infinito
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