martes, 11 de septiembre de 2012

"Gustave Klimt"

Klimt ingresó a la Escuela de Artes Aplicadas en Viena, esta academia pretendía formar buenos técnicos para mejorar los productos industriales manufactureros. Al concluir sus estudios, uno de los profesores lo impulsó a decorar los edificios que en aquella época terminaban su construcción. Su estilo inicial fue academicista, similar a la musculatura que Miguel Ángel presentaba en sus cuerpos desnudos, sin embargo fue muy crítico con la pobre educación que había recibido de la Escuela de Viena. Poco a poco en sus bocetos, se iría reflejando un cambio gradual en la representación de la feminidad. 

Inspirado en la mitología griega, trató de manera crítica las convenciones morales e intentaba ser lo más fiel posible para pintar los temas que le interesaban; de ahí que provocara cierto escándalo la asimilación moderna que tenía en temas clásicos, pero sobre todo la sexualidad femenina en distintas facetas, ya sea desde la perspectiva de Dánae o Judith, una figura lujuriosa que no siente remordimiento alguno. La perspectiva de Klimt abordaba la complejidad de la naturaleza y la fragilidad de la figura humana; esta discusión era el tema central de la filosofía de la época y marca la crisis del positivismo: la ciencia y la razón ya no son suficientes para el progreso humano. Una idea completamente moderna. 

El beso es sin duda su pintura más famosa gracias a la publicidad y la reproducción; es una oda a la síntesis del amor, pero la importancia que tiene ésta no puede cerrar la evolución del pensamiento de un intelectual que le dio a la sociedad burguesa vienesa algo más que obras de representación. 











Fuente de consulta: http://www.culturacolectiva.com/Gustave-Klimt-Semilla-de-lo-moderno

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